Abdul Karim (1863 – 1909)

 

Abdul Karim a color

La reina Victoria era una mujer sin lugar a dudas poderosa, aunque un tanto fría y de pocos amigos. Sin embargo, a lo largo de su largo reinado, varios hombres lograron ocupar un lugar de importante afecto con la monarca: Lord Melbourne al comienzo de su reinado, su marido el Príncipe Alberto hasta su muerte en 1861, seguido de John Brown, su sirviente escocés favorito y, finalmente, Abdul Karim, su joven y atractivo asistente Indio, al cual llegó a considerar como un gran amigo y tutor, otorgándole la denominación de «Munshi» y entablando una controvertida relación que hizo enojar a más de uno en la corte inglesa.

Mohammed Abdul Karim nació en el año 1863 en la ciudad de Lalitpur en la India Británica (conocida también como el Raj Británico), en lo que hoy es el estado de Uttar Pradesh, en una familia de origen musulmán. Su padre, Haji Mohammed Waziruddin, era un asistente de hospital para la Central India Horse, un regimiento de caballería del Ejército del Raj Británico. Karim tenía además un hermano mayor, llamado Abdul Aziz, y cuatro hermanas menores.

De adolescente, Abdul Karim recorrió el norte de la India además de viajar a Afganistán, aprendiendo Persa y Urdu. Su padre participó de la batalla de Kandahar que puso fin a la segunda guerra Anglo-Afgana de 1880. Después de la guerra, el padre de Karim fue transferido del Central India Horse a un puesto civil en la Cárcel Central de Agra, ciudad a la cual Karim se trasladó tres años más tarde luego de trabajar como representante del Nawab de Jaora, un principado Indio. Una vez en Agra, Karim pasó a desempeñarse como empleado de la cárcel en la que trabajaba su padre, el cual también organizó todo lo necesario para que Karim se casase con la hermana de uno de sus compañeros de trabajo.

Los presos en la cárcel de Agra eran entrenados y empleados como tejedores de alfombras como parte de su rehabilitación, y en 1886, 34 convictos viajaron a Londres para demostrar el tejido de alfombras en la Exhibición Colonial e India en South Kensington. SI bien Karim no acompañó a los prisioneros en esta oportunidad, si ayudó al superintendente de la cárcel, John Tyler, a organizar el viaje y ayudó también a seleccionar las alfombras y los tejedores que fueron enviados a Londres. Allí la reina Victoria visitó la exhibición, ya que esta tenía un gran interés por conocer la cultura y características de la India, de la cual se había convertido en Emperatriz en el año 1876.


Abdul Karim, el Munshi
El Munshi, Abdul Karim

Victoria estaba interesada en contratar a dos sirvientes Indios con motivo de su Jubileo de Oro, celebrando sus cincuenta años en el trono británico. Por este motivo, le pidió a John Tyler que reclutara a estos dos sirvientes, siendo los elegidos por éste Abdul Karim, que fue entrenado a contra reloj en el idioma inglés y etiqueta británica, y Mohammed Buksh, quien ya había sido sirviente de Thomas Dennehy, que estaba a punto de ser nombrado miembro de la Casa Real.

Karim y Buksh llegaron a Inglaterra en el palacio Windsor en junio de 1887, siendo sus principales tareas las de atender a la mesa de la reina mientras aprendían otras tareas. Ambos sirvieron el desayuno a la reina por primera vez el 23 de Junio de 1887 en la Frogmore House de Windsor. La reina describió a Karim en su diario de ese día: «El otro, mucho más joven, es mucho más liviano que Buksh, alto y con un semblante serio y fino. Su padre es médico nativo en Agra. Ambos me besaron los pies«. La reina Victoria quedó inmediatamente encantada con Karim, y ordenó que se le diera mayor instrucción en el idioma inglés para poder comunicarse con él de forma más sencilla, aunque la reina también tomó la cuestión con sus propias manos y comenzó a aprender algunas palabras en Indostaní, escribiendo el 3 de agosto de 1887: «Estoy aprendiendo unas pocas palabras del indostaní para hablar con mis sirvientes. Es de gran interés para mí tanto por el idioma como por la gente, con la que, naturalmente, nunca antes había entrado en contacto real.» El 20 de agosto la reina degustó un «curry excelente» preparado por uno de los sirvientes, que le gustó tanto que ordenó incorporar el plato a la lista de platillos servidos de forma regular en la corte.

Hacia 1888, la reina consideró que Karim merecía un ascenso, y fue promovido a «Munshi» en el mes de agosto. En su diario, la reina escribe que hizo este cambio para que él se quedara en el servicio: «En particular, deseo conservar sus servicios porque me ayuda a estudiar el indostaní, lo que me interesa mucho, y es muy inteligente y útil.» Por su parte, Baksh permaneció como un sirviente de mesa hasta su muerte en 1899 en Windsor. En noviembre de 1888, Karim hizo uso de su influencia sobre la reina solicitando permiso para viajar a la India para visitar a su padre. Karim le escribió a Victoria que su padre, que estaba a punto de jubilarse, tenía la esperanza de recibir una pensión y que su antiguo empleador, John Tyler, buscaba un ascenso. Como resultado, a lo largo de los primeros seis meses de 1889, Victoria escribió al virrey de la India, Lord Lansdowne, exigiendo acción sobre la pensión de Waziruddin y la promoción de Tyler. A su vez, la reina también otorgó títulos a Karim, asientos en primera fila en operas, y una larga lista de regalos personales, además de acompañar a la reina en muchos viajes por Europa.


El Munshi y la reina Victoria en 1897
El Munshi y la reina Victoria en 1897

También se le permitió a Karim llevar una espada y lucir medallas en la corte y traer a varios de sus familiares a Windsor, con su padre siendo probablemente la primer persona a la que se le permitió fumar una pipa de agua dentro de las inmediaciones del lugar a pesar de las aversiones de la reina al tabaco. En junio de 1889, el cuñado de Karim, Hourmet Ali, vendió uno de los broches de Victoria a un joyero en Windsor. La reina aceptó la explicación de Karim de que Ali había encontrado el broche y que en la India era costumbre quedarse con todo lo que se encontraba, mientras que el resto de la Casa pensaba que Ali lo había robado. En julio, a Karim se le asignó la habitación que anteriormente ocupaba James Reid, el médico de Victoria, y se le dio el uso de una sala de estar privada.

El rápido ascenso de Karim y los favores de la reina no pasaron desapercibidos por la corte inglesa, quienes bajo condiciones normales nunca se juntarían con indios por debajo del rango de príncipe, fomentando celos y descontento, en especial porque la reina esperaba que Karim fuese bienvenido entre estos, y el Munshi esperaba ser tratado como un igual. Cuando Albert Edward, Príncipe de Gales (más tarde Eduardo VII), organizó un entretenimiento para la Reina en Sandringham House el 26 de abril de 1889, Karim descubrió que le habían asignado un asiento con los sirvientes. Sintiéndose insultado, se retiró a su habitación. La Reina reaccionó ante esto, afirmando que debería haber estado sentado entre los miembros de la Casa. Cuando la reina asistió a los Highland games en 1890, su hijo, el príncipe Arturo, duque de Connaught y de Strathearn, se acercó indignado al secretario privado de la reina, Sir Henry Ponsonby, después de ver al Munshi entre la nobleza. Ponsonby sugirió que, dado que era "por orden de la reina", el duque debería acercarse a la reina al respecto.


Retrato de Karim realizado por Heinrich von Angeli en 1890
Retrato de Karim realizado por Heinrich von Angeli en 1890

En 1890, la Reina hizo pintar un retrato de Karim por Heinrich von Angeli. Según la reina, von Angeli estaba ansioso por pintar a Karim ya que nunca antes había pintado a un indio y «quedó tan impresionado con su hermoso rostro y color«. El 11 de julio, escribió a Lansdowne y al Secretario de Estado de la India, Lord Cross, para «una concesión de tierras a su joven Munshi realmente ejemplar y excelente, Abdul Karim«. La anciana reina no confiaba en que sus parientes y la Casa Real cuidaran del Munshi después de que ella muriera, por lo que buscó asegurar su futuro. 

De acuerdo a diversos historiadores, uno de los encantos de Karim era su forma de tratar a la reina, la cual era informal y libre de las restricciones impuestas por la formalidad. Se dice que Karim le hablaba como un ser humano normal, sin importar su procedencia, mientras que todos los demás mantenían la distancia con ella, incluso sus hijos. El Munshi le hablaba a Victoria sobre la cultura India y sobre su país, además de hablar del mango como «la reina de las frutas» lo cual intrigó a la reina, la cual ordenó que se le diera uno para probarlo. Karim se convirtió en un gran consuelo para Victoria, llegando incluso a firmar cartas dirigidas a Karim como "tu madre que te quiere» y «tu amiga más intima," llegando a despedirse en varias cartas con "un aluvión de besos." Esto originó rumores que implicaban que Karim y Victoria podrían tener una relación carnal, pero esto es poco probable debido a la gran diferencia de edad entre los dos, siendo probablemente una relación platónica y maternal. Sin embargo, muchos, en especial en la Casa Real, consideraban que la amistad de Abdul Karim no era sincera, sino que simplemente se aprovechaba de la buena voluntad de la reina Victoria para obtener beneficios a cambio.

Después de la muerte de Victoria en 1901, su hijo, Eduardo VII, despidió al Munshi y sus parientes de la corte y los envió de regreso a la India. Sin embargo, Eduardo permitió que el Munshi fuera el último en ver el cuerpo de Victoria antes de que se cerrara su ataúd, y que fuera parte de su cortejo fúnebre. Casi toda la correspondencia entre Victoria y Karim, de manera similar a lo que ocurrió con la correspondencia entre John Brown y Victoria, fue quemada por orden de Eduardo. La hija menor de Victoria, la Princesa Beatriz, se encargó a su vez de eliminar la mayoría de las referencias de Karim de los diarios personales de la reina. En 1905-1906, Jorge, príncipe de Gales, visitó la India y le escribió al rey desde Agra: "Por la noche vimos al Munshi. No se ha vuelto más hermoso y está engordando. Debo decir que fue muy cortés y humilde y realmente se contentó de vernos. Me dijeron que vive tranquilamente aquí y no da ningún problema".

El Munshi murió en su casa, Karim Lodge, en su propiedad en Agra el 20 de abril de 1909. Le sobrevivieron dos esposas, y fue enterrado en un mausoleo con forma de pagoda en el cementerio Panchkuin Kabaristan en Agra junto a su padre.


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