Nacida en África occidental, en lo que hoy en día es Nigeria, Sara Forbes Bonetta fue capturada a una muy pequeña edad y mantenida prisionera por el rey de Dahomey hasta ser "regalada" a un capitán inglés y llevada a Inglaterra, salvándose de ser seguramente asesinada como un sacrificio humano en los rituales característicos del reino de Dahomey.
Una vez en Inglaterra, se convirtió en la protegida de la reina Victoria, desarrollando una muy cercana relación con la monarca, y al momento que alcanzó la adultez, se convirtió en parte de la alta sociedad victoriana, además de una reconocida celebridad a lo largo de todo el Reino Unido gracias a su intelecto y gran capacidad para adaptarse a la vida inglesa.